Para
mi la parte mas interesante de la Fiesta han sido siempre las
novilladas sin picadores y mas ahora en que el toreo está
en crisis (me refiero al toreo en si, no a la Fiesta, que esto
es otro tema).
Este tratar de adivinar lo que el chaval de turno puede llegar
a ser y ver, que después desaparece en la nube negra
que rodea al toreo (entiéndase por nube, la explotación
del toreo por empresarios, ganaderos, intermediarios y comunicantes
sin conciencia alguna).
Un rato de ilusión
y adivinanzas que en el 99% de los casos verás incumplidas
en este mundo injusto del toreo actual donde el toro y el torero
no tienen nada que decir ni decidir.
Y
vamos a la foto:
Tiene
en primer lugar un encuadre clásico del fotoperiodismo
de los años 60-70, quiere decir, (óptica gran
angular, que se usa muy poco en los toros), el hecho o suceso
informativo en primer plano, y en el segundo, información
del resto de la situación.
En
la parte humana que es lo más importante, le dejamos
la palabra a Santi Ortiz en su mejor condición de Poeta
y Torero.
Triunfo
promisorio
El
abrazo es compendio de dos inquietudes complacidas; la satisfacción
mutua de dos mundos que no puede separar la barrera. El toro,
vencido, ha quedado a la espalda del tiempo y de la noche, y
los ojos toreros se empinan plaza arriba escudriñando
el tramo de futuro que iluminó el triunfo. Sólo
se ven aún los primeros peldaños del largo y empinado
camino del toreo, pero un eco de oles hace soñarlo llano.
En la noche de julio, Sevilla ha bendecido a una esperanza niña,
que no podrá dormir reviviendo el alud de vivencias,
sentimientos e ideas que sugirió la lidia. Una nueva
promesa se asoma hacia el mañana. La alborada de sueños
anuncia un nuevo nombre... La Fiesta continúa.
Santi Ortiz