No se pudo poner el cartel del “no hay billetes”, en la plaza de Osuna a pesar de tener quizás el mejor cartel que se pueda ofrecer hoy en los ruedos.
Después del bombazo de Enrique Ponce en la Feria de Sevilla, del éxito de Castella también en Sevilla y de la presencia del Cid, torero del que se espera siempre lo mejor; nosotros también esperábamos un lleno total.
Pero ocurrió que esta fue una de esas ocasiones en las que se ve claramente que el toro también “juega”.
“Los toros de las Monjas”: Con una procedencia y comportamiento que solo es conocido por los aficionados más avanzados y por los profesionales del gremio, yo juraría que influyeron en el aficionado indeciso.
De todas formas, buena entrada, toros muy bien presentados y tarde agradable para todos.
También anotar que ya se esta haciendo urgente los cursillos para Presidentes de Festejos Taurinos.
La faena de Ponce al primer toro mereció las mismas orejas que posteriormente se concedieron a sus compañeros de cartel, pero como estábamos en el principio de la corrida el presidente empezó en “resistiendo en plan duro” contando con que tenía “más por delante”.
Error, querido Watson.
Cuatro toros más adelante, estábamos en blanco de orejas (toros difíciles o fallos con la espada) y a la vista de que el festejo no remontaba vuelos, no se resistió ni un segundo el Sr.Presidente en conceder dos orejas a el Cid y otras dos a Castella.
No es que no se las merecieran, que si que lo hicieron, sino simplemente que en los palcos debe haber personas con conocimientos y criterios fijos, sean los que sean, porque los toros son una cosa muy seria, bastante mas seria que ser presidente, en las fiestas del pueblo.