8 Abril Resurección

Toros de "Zalduendo"

ENRIQUE PONCE
Manuel Jesús "EL CID"
SEBASTIÁN CASTELLA

TEMPORADA
2007 SEVILLA

TEMPORADA
2005 SEVILLA

   
 Fuera de
Abono

SEVILLA YA SUEÑA CON TALAVANTE - CRÓNICA DE IGNACIO DE COSSIO

Plaza de Toros de la Real Maestranza de Sevilla. Domingo de Resurrección 8 de abril. Primer festejo de abono. Lleno hasta la bandera en tarde espléndida. Se lidiaron seis toros de Zalduendo desigualmente presentados, descastados y parados en general a excepción del segundo de lidia ordinaria de nombre Insulso que resultó de gran calidad.

Enrique Ponce, de gris plomo y oro. Palmas y silencio
Manuel Jesús El Cid, de grana y oro. Oreja y silencio
Sebastián Castella, de rojo sangre y oro. Silencio en ambos.

Incidencias: Se guardó un minuto de silencio tras terminar el paseillo por el reciente fallecimiento de el Alguacilillo de la Plaza, Joaquín Delgado Zulueta. Saludaron en banderillas tras parear al segundo de la tarde: Alcalareño y Julio López.

1
Enrique Ponce

2
lote ...

3
imposible

4
El Cid

5
buen toro de ..

6
poca transmisión

7
lo mejor posible

8
cortó una oreja

9
Sebastián Castella

10
los toreros por encima

11
de los toros

Mientras en la Maestranza asistíamos a una pésima corrida de Zalduendo, Talavante se consagraba en Madrid tras una faena escalofriante al último manso de El Puerto de San Lorenzo.

¿Pero qué sucedió en Sevilla para que ni Ponce ni Castella dieran una vuelta al ruedo? Pues muy sencillo que los toros se pararon desde el minuto cero. Esto es lo único que no debió ocurrir y ocurrió sin remediarlo nadie. El honor de este glorioso día sevillano lo salvó uno de los nuestros llamado Manuel Jesús El Cid. Pero creánme ni El Cid con su portentosa diestra con dos series largas y profundas, al mejor de la tarde y también con algún natural suelto, nos libró de estupor de la tarde. Fernando Domecq Solís, nos regaló desde Moheda de Zalduendo una corrida infumable carente de clase y no menos de casta, pues muchos de sus toros renegaron de los caballos y más todavía del tesón del valenciano que a punto estuvo de ser abroncado por no abreviar en su última faena. Pero vayamos por partes.

Enrique Ponce al primero un toro tan escaso de movilidad como de clase lo torea como puede a media altura. Pincha en espadas siguiendo la tradición en este escenario. En el segundo de su lote, un manso de libro que se defiende pegando coces lo ahorma con doblones toreros por bajo. Enrique exprime, rasca y estruja al toro hasta sacar de él petróleo iraní. Dos circulares por la espalda arañan in extremis la embestida, casi suspiro casi agonía, del burel acobardado en tablas.

El Cid no perdona y al toro de nombre Insulso que precisamente tuvo de todo menos el nombre que no le hizo justicia, le realiza una faena medida y acompasada desde el capote. Por cierto Castella más conservador en esta tarde que en otras anteriores, es precisamente con este toro de El Cid cuando realiza un tercio de quites por chicuelinas ajustadísimo hasta decir basta. Replica El Cid de manera aseada con delantales. Pronto llegan dos y tres series con la diestra muy ligadas e inacabables. El toro se viene abajo y el torero también. Reseño por último tres naturales de cartel que se unen a las anteriores de manera intermitente. Fin de la faena y oreja otorgada desde el cariño a un torero que debió cortar las dos. Con el quinto un toraco de pelo astracanado y escaso de casta nada que hacer salvo alagar el sentido brindis del torero al maestro Tejera en su jubilación.

De Castella apuntar, repito, que estuvo demasiado conservador a pesar de los dos mulos que le tocaron en suerte. Con el primero bis, parado como el resto de sus hermanos y siempre echando la cara arriba, nos ofreció el de Beziers un recital de muletazos sueltos como insípidos que nada nos ayudó atisbar el fatal desenlace. Finalmente llegó el último, coincidiendo con las noticias calientes desde Las Ventas. Talavante salía a hombros y el francés hizo oídos sordos. Madrid venció a Sevilla en el Domingo de Resurrección. Sebastián realizó dos pases cambiados por la espalda y bajó la guardia hasta nueva ocasión. Este toro como la tarde fue venido a menos y nada tuvo el próximo sábado no habrá excusas y tendrá a Talavante delante.

Comentario

Como pueden ver los lectores de Toroimagen, a Dios gracias contamos con la ayuda un peso pesado en la literatura taurina como es Ignacio De Cossio. Nos aporta su gran calidad y experiencia y soluciona al mismo tiempo la carencia literaria de esta página –eminentemente grafica.
Después de leer la reseña que nos manda Ignacio solo decir que mejor imposible.

Sin embargo con su permiso me atrevería a añadir algo más.
¿Cuál fue la mejor intención de la empresa en esta tarde? En primer lugar, trajo la ganadería triunfadora de la temporada anterior (cuatro toros indultados) trae los mejores toreros posibles, Enrique Ponce un especialista en esta ganadería y además de un experto en sacar agua donde no la hay. El Cid, un torero largo y poderoso, y un Sebastián Castella, la figura actual, para que no les faltara competencia a ambos.
En resumen un Domingo de Resurrección en Sevilla, un primoroso día primaveral, unas ilusiones enormes por parte de todos y unos toros sosos, sin fuerza y sin casta. Justo lo que se necesitaba para estropear la tarde. Mi Gozo en un Pozo.