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Fuera de Abono


4 ABRIL RESURRECCIÓN


TOROS DE DANIEL RUIZ


MORANTE DE LA PUEBLA
JOSÉ MARIA MANZANARES
MIGUEL ÁNGEL PERERA


Tarde soleada de espléndida primavera sevillana. Lleno total.
Toros de Daniel Ruiz bien presentados (puro encaste J.P. Domecq) faltos de fuerzas sobre todo los tres primeros, faltos de casta los seis.

Morante, silencio y oreja
Manzanares, silencio y oreja
Perera, silencio y silencio

Presidente Señor Tejas: correcto


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No hay más cera que la que arde.



La tarde empezó con los peores presagios. Tarde que  como ustedes saben es de cierta importancia,  para el devenir del resto de la Feria y quizás de la temporada.

El primer toro fue devuelto rápidamente a los corrales por falto de fuerzas, en excelente criterio de presidente “redebutante” Don Paco Tejas. El primer sobrero también cuasi invalido y apto para devolver. No era cuestión sin embargo de empezar una línea que no hubiese tenido final porque para devolver estuvieron los seis toros por falta de fuerzas y de casta. Se fueron todos sin picar y Sevilla en ese despiste ya histórico en que el  “pasado artístico” nos ha colocado, aplaudió a un picador por el mero hecho de mantenerse sobre el caballo y no picar. Nada pues que hacer de Morante en ese su primer toro.

El primer sobrero  de Manzanares en la misma tónica y por lo tanto nada que reseñar, y tampoco nada en el primero de Perera.

Y ya en el segundo de Morante empieza a tomar un poco de vuelo la corrida porque hay que decirlo, Morante es único en su concepto del toreo y a poco que un toro se mueva y no de demasiados problemas, se puede ver lo mejor de lo mejor del toreo de arte de hoy día, mató muy bien pero un tanto desprendida, y corto una oreja, no de la grandes pero si merecida.

Manzanares apretó en su segundo que también se desplazaba dejo su versión artística del toreo “muy planchao y despegao” sobre la derecha, ya menos sobre la izquierda y totalmente de parvulario con la capa. Mató con la solvencia que  el acostumbra y cortó una oreja no de las grandes pero si merecida.

(Decimos esto de una oreja “pero no de las grandes”, porque en un día amable como es el Domingo de Resurrección una oreja de las “de peso” se subdivide inmediatamente en “dos orejitas”, dando como resultado tantas Puertas del Príncipe de los últimos años.)

Perea no tuvo su tarde, pero es que tampoco quiso tenerla enfadándose de verdad con los suyos, que aunque fueran el peor lote, Perera no es Morante o Manzanares y está mas obligado en mi opinión, a  tomar riesgos.

Mi ilusión en un pozo:

Por la mañana en el reconocimiento, eran bien grandes las ilusiones del ganadero Daniel Ruiz y por la tarde también lo eran las del empresario que le tenía “velas encendidas a todos los santos para que los toros sirvan para hacer el toreo y salir todo el mundo toreando de la Maestranza”.

¿Qué podríamos haber traído otros toros que no fuesen estos? No estoy seguro, lo que si creo es que este tipo de toros y toreros son los apropiados  de un día tan señalado y si solo se dio regular, la culpa hay que buscarla en esa conclusión que un famoso critico de Jerez me hizo hace ya 25 años.

O se manda toda la cabaña de Juan Pedro Domeq al matadero o este señor hunde la Fiesta.

Y en esa estamos.

Paco Díaz