Negocias con tu santa esposa, el que vas a gastar una parte del presupuesto familiar en pagarte la entrada a los toros, y a partir de ahí, libre para correr por las praderas siderales de Internet, como el caballo jubilado de Atila.
Partimos, como tantas veces, de una frase que el ordenador ya completa solo, cuando la […leer más]
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