El ladrillo en los toros

EL LADRILLO EN LOS TOROS.

Es posible que haya  otras cosas detrás de estas movidas antitaurinas.

Empecemos calculando la cantidad de cientos y cientos, de plazas que existe en toda España ,  porque efectivamente todas estas plazas de toros actualmente  ocupan terrenos céntricos (los de la plaza y los aledaños que le corresponden en algunos casos muchos mas grandes que la propia plaza) de incalculable valor urbanístico o comercial.

Modus Operandis de los listos de turno.

La plaza es de dominio público.

Que hay que tirarla, y construir unas viviendas – (de lujo claro está, no vamos a montar bochinches en el centro de la ciudad) —pues no hay problema se hace, y con el dinero conseguido por la venta a una constructora, esta nos monta una Multiusos en las afueras de la ciudad, para que disfruten todos, no solo los toristas. De paso tardamos un poco mas de la cuenta en construir la nueva, para que estos “ciudadanos aficionados” tengan un periodo de reflexión. Al mismo tiempo, y lo demuestra la historia reciente, ademas de quedar bien con la ciudadanía mayoritaria, no llevamos en el pico de la muleta una comisión mas o menos legal, para los mandantes-mangantes del pueblo.

Que la plaza es histórica y no se puede derribar, pues nada se recicla en locales comerciales a precio-oro  el metro, se hace por supuesto Multiusos, de explotación arrendada, y se repiten los mismos muletazos que en la operación anterior.

Que la plaza es propiedad particular, pues se alega que es deficitario el negocio y se solicita una precalificación urbana, que el ayuntamiento acepta, a cambio de todo lo anterior.

Que la plaza además de particular es histórica.

Entonces nos encontramos con el caso de Barcelona- un autentico diamante- en el centro de una ciudad de 7 millones de habitantes, con intereses políticos y económicos de toda índole.

Paco Díaz

Publicado en Toroimagen en el 2007