Resumen de una Feria complicada.
Se diluyeron los triunfos de El Juli, Manzanares y Núñez del Cubillo en un marasmo de festejos soporíferos de los que no crean afición ni ganas de volver.
Los carteles, este año estuvieron mejor montados que los de temporada anteriores, hay que reconocerlo, sin embargo ya vimos que no es garantía de nada. Saltó la sorpresa con las ganas de ser torero de Esaú Fernández y las de Dani Luque de reindivicarse a cualquier precio y el atracón de toreo que se dieron el Juli y Manzanares, indulto para olvidar incluido. Todos los demás con más pena que gloria.
Los toros, estuvieron bien de presencia en lineas generales, tanto de hechuras como como de cuerna. Hubo alguna “gatada” atribuible la responsabilidad a los dos presidentes novatos, pero en general mejores presencias; que no toros para torear y ahí está el quid de la cuestión. Se cayeron menos, se escobillaron menos, y hubo menos “infartos”, eso si, NO SE PICÓ en toda la Feria y no se cayeron más por lo mismo. La falta casta fue la norma que parece endémica en la cabaña brava comercial y por lo tanto la falta de emoción y el aburrimiento. Toros toreables hubo varios sueltos pero eran tan toreables que algún torero no se dio ni cuenta. Pasan desapercibidos los buenos toros comerciales de hoy día por que les falta ese puntito de genio y avaricia que debe de tener un toro bravo de verdad, incluido Cubillos.
Los toreros, (como norma ya saben que solo se pueden criticar a los toreros que vivan lo más lejos posible de casa) por lo tanto solo diremos que los dos más importantes de Sevilla, Morantes y El Cid estuvieron por debajo de si mismos. Oliva Soto estuvo pero no dejo dicho nada que le sirva para más adelante y Salvador Cortés, si señaló algo, pero la espada se lo privó.
El respetable,cada día mas feriante y festivo propició la mamarrachada del indulto para decir aquello tan actual de “yo estaba allí”, minuto efímero de gloria que la Fiesta pagará puntualmente. Sin embargo me constato, ahora que ando por los tendidos de sol, de que hay entre los abonados muchos buenos aficionados con conocimientos del toreo y muchos más de lo que yo esperaba de los que están ya hartos de tanto arte exquisito y toros de pacotilla para el artista de turno. No está perdida Sevilla para recuperar la Fiesta.
La empresa, con las mismas de siempre, el miedo a invertir y ese “aquí mando yo” del amigo Eduardo Canorea que le juega malas pasadas. No quiso por ahorro o por cabezonería de poner a Cubillos el Domingo de Resurrección, donde pudo haber tenido menos rechazos de abonos como para tapar en parte los gastos de Cubillos. Figúrense por otra parte los dos toros de Aparicio en manos de El Juli, la venta de entradas posteriores al Domingo hubiesen sido otra cosa. Y si que me importa: a muchos nos importa por motivos económicos y sobre todo de aficionados de que la Feria vaya bien, independiente de lo que gane o pierdan Pagés y los Maestrantes.
La Autoridad, bueno ahí tuvimos lo más divertido de la Feria porque ese espectáculo de polichinelas y esperpentos a que nos tienen acostumbrados y esos pasacalles en el pasillo del callejón Maestrante son de autentica Corte de los Milagros. No hace falta cansarles con detalles que ya están más que vistos y publicados tanto aquí, como en Sevilla Turina, como en el Blog de la Asociaciónde Abonados.
¿Quién defiende al consumidor y al contribuyente?, pues nadie. Sin voluntad de trabajar para mejorar las cosas o simplemente interpretar las normas a favor del consumidor, totalmente entregados los políticos al servicio de los taurinos, a cambio de protagonismos unos y de abrazos y entradas gratis otros, la Fiesta se va al carajo por las lindes de la política más nefasta de la historia de la Tauromaquia.
Que les den y yo que lo vea.
Paco Díaz
P/D Actualmente solo queda un Delegado Gubernativo de la Policia Nacional en los entresijos de la Fiesta en Sevilla, todas-todos los demás,son políticos profesionales o asimilados al Sistema del Dedo Indice.
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