TEMPORADA
2005 SEVILLA

               


BARCELONA
25 DE SEPTIEMBRE


TOROS DE "EL PILAR"


JUAN MORA
JOSE TOMÁS
SERAFÍN MARÍN




Tarde de sol, lleno total. La reventa con un cero a la derecha.

6 Toros de "El Pilar" y uno de Juan Pedro Domecq chicos pero bien presentados.

Juan Mora, ovación y ovación
José Tomás, dos orjeas y dos orejas
Serafín Marín, ovación y dos orejas


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Dos días de Septiembre en Barcelona.
Emocionantes  hasta lo indecible,  por las circunstancias que todos conocemos del casi seguro  Fin de Fiesta en Cataluña y  emocionantísimo como aficionado por la gran calidad taurina que en los dos festejos presenciamos. Dos días rondando, cámara en ristre, por los alrededores de la plaza de la Merced  tratando de comprender los porqués de este triste final  y terminando finalmente por no identificarme con ningún grupo en concreto como una especie de Juan sin Patria del toreo.

En esta orilla había de todo como en botica: indignados  catalanes aficionados a los toros, nacionalistas de la una grande y libre también aficionados,  infiltrados  ultraderechistas (“nos quitan los toros nos traen los moros”) y por ultimo cuatro aficionados despistados  como yo para los cuales los toros no tienen nacionalidad. En la orilla de enfrente,  los equivocados de sí mismos, que si bien en un análisis político tuviesen alguna razón  de rechazar la Fiesta como emblema de la opresión del franquismo a sus legitimas aspiraciones políticas, hoy no son más que residuos manipulables  de una sociedad opulenta que no sabe exactamente a donde va.

Entiéndase, anti-taurinos que no le hacen ascos a un buen bistec de toro (Cataluña es la comunidad española que mas carne de toro consume), amigos de los animales que no aprecian a sus semejantes de la misma manera. (a una loca que andaba insultando y dando saltos,  le dicen, ¡¡tu padre está en el psiquiátrico y no vas a verlo¡¡). Vegetarianos con cara de estreñidos a pesar de la cantidad de fibra y un sin fin de extremistas que coartan a voces la libertad de los demás.

Cosa curiosa. No había ni uno solo de estos antis el sábado 24 en la primera corrida y los aficionados pensamos por un momento que en habiendo triunfado ellos en su demandas, como mínimo tendríamos un final de Fiesta en paz, que ya no tendrían necesidad de mas manifestaciones. Pues no señor: el domingo 25 estaban allí de nuevo con sus insultos y gritos ya totalmente fuera de lugar pues nosotros habíamos perdido de momento la batalla y nos íbamos con nuestros crímenes a otra parte.   Esto fue lo que definitivamente me hizo pensar que estábamos ante una segunda línea fascista de rechazo a todo lo que no sea lo que ellos creen y los que los manipulan creen.

Y ahora vamos a los toros.


El Sábado
fue sábado de Gloria Taurina, la actitud del público y de los toreros, fue máxima en tratar de disfrutar de una corrida con un cartel imposible de mejorar hoy día en España. Morante, El Julio, Manzanares, y Cuvillos se esforzaron en hacer inolvidable esta tarde de toros. Hubo un sin fin de orejas, pero no crean que fue triunfalismo final. El Juli estuvo imposible de tratar delante del toro, y como siempre un cañón con la espada,  Manzanares saco lo mejor de su repertorio (su mejora en el capote es espectacular) y mató sus dos recibiendo por narices. Morante “El Artista”  esperó su momento, lo aprovechó con ese sobrero y nos hizo vivir en esa Gloria.

El Domingo
también fue muy intenso, bronca con los impresentables antes de la corrida ¿me vuelvo a preguntar que porque tuvieron que venir?
Ya una vez en la plaza el público en pie se rompe las manos aplaudiendo a los toreros, estos correspondiendo de igual manera y todo aún más sentido de lo que nos esperábamos.

Pero vamos a empezar con  la Presidencia, ya que estuvo muy en su sitio, en una corrida difícil por tanta emoción acumulada. Supo parar los carros del triunfalismo y puso las cosas en su justa medida. No atendió con buen criterio las peticiones de orejas a Mora, que hubieran sido excesivas, le negó el indulto al toro primero de José Tomás e hizo devolver el rabo que los subalternos habían cortado por su cuenta.  O sea  6 orejas en total, un pelín pasadas, pero solo eso, un pelín, porque toreo hubo y mucho.

También buen cartel con buenos toros y toreros, con un Juan Mora inmenso como profesional  y en la comprensión de su cometido en esa corrida tan especial. Entendió perfectamente su papel de compañero de otros dos toreros para los cuales  ese día era uno de los días más importantes de su vida. Cumplió sobradamente en sus toros sin buscar protagonismos ni éxitos  fuera de lugar. Discrecion, saber estar y  sabor torero que él tiene de sobra en los lances de capa y muleta, con ese espadón  de otras épocas que finiquito como un trueno a su segundo toro. Ovaciones sentidas para él.
José Tomas hizo todo lo que estuvo en sus manos  para salvar Barcelona de las huestes nacionalistas y Barcelona se lo agradeció con ovaciones inmensas, antes, durante y después de la corrida. Él es toreo para los aficionados de allí y también para muchos de aquí, porque no señor, no se puede torear con mas verdad y más puro sin aliviarse lo mas mínimo, porque no se pueden echar las telas mas delanteras,  con mas chances para el toro, cargando la suerte  e interpretando con enorme responsabilidad de cornada,  la liturgia torera. Que si hombre que te lo digo yo que llevo en esto más de medio siglo,  que no es exactamente el torear con arte que el arte de torear bien y con pureza.
De cómo defendió precisamente Barcelona, de cómo se enfrentó a toda la Nomenklatura  Interna Taurina y a todos los voceros a sueldo, se escribirán seguramente libros dentro de unos pocos años.

De Serafín Marín que voy a decir, que siempre fue uno de mis preferidos.  Valiente, buen capote, buena muleta y buena espada y que sin embargo a sido ninguneado por estas tierras del  sur.

Muy difícil ponerse en la piel de este muchacho  en esos momento claves de la corrida. Los nervios de todos los profesionales que allí había   contagiaron al resto de la plaza, las manos en la cabeza de muchos de nosotros si querer creer lo que estaba ocurriendo, el último toro de Cataluña lo mata un catalán de pura cepa.

No quiero deslegitimizar los derechos que alguien crea tener sobre su propia opción personal y política -estaríamos en las mismas-  pero  digo que la Merced 2011 es una BARBARIDAD  que hay que rectificar.

Paco Díaz