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2005 SEVILLA

28
ABRIL
                 



Tarde de sol, lleno en los tendidos.
Toros de Parladé bien presentados.

Javier Conde, bronca y bronca y almohadillas en la salida.
El Fandi, saludos y saludos
Salvador Cortés, dos orejas y dos orejas.

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Minuto de silencio por Manolo Camará


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Javier Conde

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El Fandi


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Salvador Cortés


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Se guardó un minuto de silencio por la muerte de Manuel Flores “Camará” un personaje histórico, junto con su padre, en la tarea de apoderamiento de toreros famosos. Se cuentan desde el mismo Manolete, hasta Francisco Rivera “Paquirri” su hijo Fran Rivera Ordóñez, Dámaso Gonzáles, Finito de Córdoba y otros igualmente importantes.

La corrida de hoy empezó con Javier Conde y yo pensaba dedicarle muy pocas palabras a su actuación, de hecho solo pensaba escribir la palabra ABSURDO.

Pero pensando en el como, y el porqué de esta forma de tratar de torear me parece que he encontrado la clave, por otra parte fácil, de lo que trata de hacer Javier Conde.

La intención suya es que el toro se TOREE EL SOLO, que vaya y venga por su propia iniciativa, que repita las embestidas sin pedírselo y mucho menos exigírselo. De esta forma a el le da tiempo para inspirarse y componer estéticamente auténticos pases de cartel de toro. Le tocaron dos toros perfectamente validos y los estropeó en la espera que los toros comprendieran cual era la situación.

David Fandila “El Fandi” tiene la virtud de que hace mirar hacia el toreo a personas que no se interesarían si no fuera por la espectacularidad que el nos ofrece en el tercio de banderillas. Reconocer que tiene valor, y también decir que con la capa y la muleta es un desastre, como resulta que los mata bien y a la primera, pues el éxito garantizado.

Pero las banderillas que pone tienen algún truco como se pueden ver perfectamente en las fotos.

El Fandi no pone las banderillas “cuadrando” en la cara del toro aunque se lo mande el medico; las pone casi siempre a toro pasado pues de otra forma no podría dar esos saltos tan espectaculares, si los diera por derecho delante del toro, caería simplemente en los cuernos.

Los trajes negros: El de Morante de enterrador, el del Fandi absolutamente horroroso, el de Finito ya mas bonito, y por ultimo el de Javier Conde el mas elegante del escalafón, las cosas como son.

Salvador Cortés era una de las tres posibilidades que yo veía en esos días de toros malos para que la Feria levantara el vuelo, deseaba que algún toro de Parladé (procedencia pura de Juan Pedro Domecq) le diera la oportunidad de demostrar su valía.

No le hizo falta toros fáciles, el lo puso casi todo, le echó, no genio, sino cojones y cortó las cuatro orejas más claras e importantes que yo he visto nunca en la Maestranza. La verdad, no me acuerdo de cuando fueron las últimas y si yo las vi.

Toreó como a mi me gusta, largo, mandando, sin rectificar, con adornos al final, después de haber hecho lo fundamental que es llevar al toro por donde no quiere ir.

Mató no como dice algún estúpido, como un necesitado, sino como lo que es, un torero bravo.

Allí estaban ya para mi las orejas, en la forma de matar. Enhorabuena Salvador te lo mereces.