Sevilla 30 por la mañana
Hace años que no asistía a una corrida de rejoneo, reconozco que apenas entiendo de este espectáculo pero algunas cosas si que han cambiado con el tiempo.
La primera es que se insista en llamar toreros a los rejoneadores, los caballistas son eso, caballistas o rejoneadores nunca toreros, si acaso se le podría llamar torero al caballo pero no al que lo monta.
Me pareció ver que los caballistas jóvenes de hoy en su afán de triunfo ya no cuidan de sus caballos como se cuidaban hace años, se los dejan “tocar” con inconciente e incompetente frecuencia; cada dos por tres están los caballos sufriendo encontronazos con el toro como si eso fuera normal, cuando antiguamente el jinete que se apreciara de tal, el que le tocara el toro al caballo era una vergüenza.
No comprenden que el caballo, no está en el ruedo voluntariamente, y ya que se le lleva forzado para que toree, lo mínimo que se puede hacer es tratar de protegerlo todo lo posible para que no sufra ningún daño.
Hoy ha sido herido un caballo en la plaza, recibió una cornada en la panza y además se partió una pata, hubo por tanto que sacrificarlo. Una pena grande.