Tarde rara y emocionante que dejará recuerdos de cosas y situaciones.
Es bueno que sucedan cosas en el toro, no cosas negativas, sino simplemente cosas diferentes que mantengan la atención y el interés por el mundo del toro.
Había expectación por ser un festejo poco habitual, por tratarse de P.H. de Mendoza que no toreaba últimamente en Sevilla siendo el líder del escalafón de rejoneadores, por Manzanares que es un torero querido en Sevilla que interpreta un tipo de toreo, de elegante huida que aquí gusta mucho, y por supuesto por Cayetano uniendo en el solo el interés de los aficionados al toreo, y al mismo tiempo el morbo de la repelente prensa del corazón.
Del caballero Mendoza decir que va sobrado de oficio y que le tocaron dos toros de Bohórquez muy flojitos que no le sirvieron para nada. Silencio y algunas palmas es todo lo que hubo. Los toros y los sucesos de la tarde nublaron su presencia, pero también podía haber sido todo un éxito, porque había gente aficionada al caballo, simplemente las cosas cambian de unas fechas para otras.
J.M. Manzanares pechó con dos toros inservibles para su forma de torear y también con la dolorosa comparación de los Miuras lidiados el día anterior.
Se tenía que retirar de un momento a otro de la profesión y para mí que aprovechó un momento de cabreo para hacerlo.
Toda la parafernalia de la despedida ya esta más que contada en otros medios, más cualificados que este. Incluyo algunas fotos con comentarios y paso a hablar como aficionado.
Aficionado sevillano y por lo tanto a veces un poco sensiblero, la verdad es que me emocionó bastante la situación que vivimos.
Ahora bien yo estaba borrado voluntariamente desde hacia años de la nómina de admiradores del “fino torero alicantino”, por la que a mi respecta lo tenia retirado, ya digo, desde hace años.
No hago una crítica del porqué, sino que si se ha ido pues muy bien.
Cayetano Rivera Ordóñez torea muy bien, se desenvuelve en la puesta en escena del toreo con una gran elegancia, trata de hacer la cosa despacito y con gusto, tan despacito y con tanto gusto que se le fueron dos novillos de Puerta del Príncipe.
Me parece que es un poco frío, mas bien cuidando de la imagen que da, que de las condiciones de los novillos.
Torea un poco despegado a la hora de ligar, con esa barrera de seguridad que saben poner los toreros “finos” entiéndase Curro Romero, Finito de Córdoba, Manzanares padre e hijo etc.
Le damos un margen de confianza para que se “enfade” más y para que aguante el tirón cuando pase a matador.
Su vida mediática nos importa bien poco, si está en bravo y en artista delante de los toros eso es lo que interesa.