Novillada de Villamarta, sangre principal de Murube lo cual
se les notaba en la bonita lamina. Presencia impecable, quizás
un poco chicos para lo que se acostumbra, excepto el sexto,
que era ya un torito de hechuras preciosas.
No dieron buen juego, y todos en general pecaron de mansos y
un tanto broncos, sin embargo tuvieron “buen fondo”,
que quiere decir más o menos que fueron nobles, y sin
maldad para los toreros.
J.
Manuel Sandín primo del excelente torero Lucio Sandín
y uno de mis favoritos en aquellos años 80. J.M es un
torero de corte artístico y estilista que trata de hacer
las cosas despacio y bien y maneja el capote con gran soltura
lo cual no es habitual en el escalafón. Sin embargo da
una sensación de frialdad, como ya vimos en otra actuación
suya en esta misma plaza. Nada grave pues le pasa un poco a
todos los novilleros que como este ya están “remataos”
para la alternativa.
Tuvo dos novillos que no ayudaron y recibió silencio
en ambos.
Pepe
Moral “nuestro torero de estos días” después
de su gran triunfo en Madrid y ante las cámaras de TV.
No había toreado en la Maestranza con picadores a pesar
de ser de la provincia de Sevilla y alumno de las Escuela Taurina.
La empresa lo rescata de inmediato en el primer cartel disponible,
pero quede constancia que en siendo de aquí la campana
la hizo sonar en Madrid.
Las hechuras, el sentido de la colocación, de la mano
baja y mandona como norma de su toreo, y de un valor mas que
suficiente, hacen presagiar -que no es igual que asegurar- un
torero grande, otra cosa será que todo le ruede bien
en este mundo extraño e injusto del toreo de hoy y de
ayer también.
Ismael
Cuevas, al cual ya vimos como finalista de Noveles en la temporada
anterior, hace su presentación con caballos.
Torero-banderillero alegre, valiente, que ha evolucionado bastante
en sus solos 17 años.
Verdaderamente le toca el peor lote y sin embargo no pierde
la ilusión luchando hasta el final y consiguiendo robarles
estimables muletazos.
Una
petición de oreja con vuelta al ruedo en su primero y
una ovación en su difícil segundo, son las tarjetas
para seguir apostando.
Paco
Diaz