Por fuera novillos, -dos castaños, dos
ensabanados y dos negros- de una presentación excelente,
de buenas hechuras, bien de cuerna, variados de capa, lustrosos
y limpios en el túnel de lavado. Por dentro mansedumbre
y falta de fuerzas y los que tuvieron alguna, como el segundo
de Sandra, se convirtió en un autentico Barrabás.
De los novilleros nada que reseñar pues no tuvieron apenas
posibilidades.
José Caraballo de Cádiz tiene buenas maneras y
buen animo. Recogió el único aplauso de la tarde,
en su segundo novillo que se movió un poco.
Sandra Moscoso de Jerez estuvo valiente y en su
sitio en el primero, y con oficio y mas valiente aun en el ultimo
que era en verdad peligroso. Lo mató a la segunda con gran
decisión.
Julián Gil nos gustó hace algún
tiempo como novillero sin caballos, y aunque hoy lo intentó
con sus novillos , esperaremos a mejor ocasión para valorarlo.